Pide un deseo a las estrellas, mi niña, verás cómo se cumple.
Pero mama, yo ya soy feliz, ya me siento plena, el amor y el cariño colman mi mundo, las miradas brillantes y las sonrisas dulces, a veces bañadas en tristezas y dolores me rodean. He convertido la escucha, las palabras y el abrazo en mi profesión. La plenitud me acompaña en el camino y es tanta que irradia y se contagia, y desprende alrededor ese brillo invisible, mágico desde mis ojos.
¿Cómo voy a osar a pedir ningún deseo mama? Si acaso te regalaría a ti ese deseo, madre, que me regalaste estos ojos con los que mirar y esta boca con la que sonreír, tú, que me regalaste el mundo, que sacrificaste gran parte del tuyo por mí.
Y claro, tampoco podemos olvidar a los abandonados por la justicia social, a los aplastados por el feroz capitalismo, a las almas mutiladas, a los ojos sangrantes, a las pupilas enterradas en el pasado, los cuerpos yacientes y flotantes en nuestro mar... Es en ellos en quien debes pensar, ama, cuando mires el cielo nocturno en su intensidad, y cuando te topes con la estrella fugaz, envíales su deseo.
Una cosa sí te pìdo a ti: devuelveme el olor de tu abrazo cuando era niña, no enfríes la calidez de tu vientre, no apagues tu sonrisa de miel... Para así, cuando yo sea mama, mi niña pueda oler tu olor mezclado con el mío, sentir mi calor encendido por el tuyo y paladear el dulce de sonrisa que tu me enseñaste a preparar.
1 comentario:
...me invadio el perfume de un abrazo de esos que quitaban el miedo y hacian que uno sintiera que nada en el mundo podia tocar cuando navegaba en esos brazos....que sensacion ....y cuanto la necesito ahora....el que no e3sta solo esta huerfano
salud y mas que suerte
Publicar un comentario