Busco la manera de expresar todo esto que ocurre desde unos meses acá dentro de mí. El otro día, charlando con una amiga me salió esta expresión: me siento como sin gravedad. Mi entorno, mi vida, han cambiado de tal manera que ya casi no me reconozco en el espejo, me he desencadenado de los antiguos soportes y guías y ahora ya todo es distinto. Navego en una ruta nueva y no tengo muy claro el rumbo que llevo. El viento y la corriente me llevan, sé que las cosas van bien, pero son tan distintas... Son tantas las emociones...
Supongo que esto es un paso hacia la madurez, un cambio en el que empiezo a hacer frente o a vivir la vida de otra manera. Esto ha supuesto en mí una fuerte metamorfosis, sigo siendo la misma pero sin serlo, me alejo de lo que fui pero siento que cada vez estoy más cerca de mi propia esencia. He descubierto un mundo que antes no veía y esto ha hecho que todos mis esquemas se hayan transformado, como ya decía Einstein, la energía no desaparece, se transforma. Lo que me ocurre en este momento es que la velocidad de transformación ha acelerado intensamente su proceso y eso es dificil de asimilar.
A veces me encuentro un poco perdida, me cuesta ponerle palabras a todo esto, cosa que hacía mucho tiempo que no me ocurría. Y sí, es un poco como flotar en el espacio, sin gravedad... No, flotar no, fluir es la palabra, fluyo sin descanso en esta voragine de cambios, descubrimientos y encuentros, que me enriquecen y me ayudan a crecer y a abrir la mente, y que a su vez me asustan. No es un miedo paralizante, es un miedo caracterizado por la incertidumbre, por la dificultad de expresarme.
Siento cierta soledad, distinta a las conocidas anteriormente, no estoy angustiada ni busco compañía, no es ese tipo de soledad, es otra, pero es soledad. Es dulce y cálida, y en cierta manera es mi refugio, como un mundo inventado, un hogar imaginario en el que no necesito explicar nada. Como cuando era muy pequeñita e inventé un mundo al que llamé "Itsasmendi" que fue mi refugio ante una realidad que no acababa de gustarme. Pero ahora no es que no me guste la realidad, de hecho, la vivo intensamente, pero de forma paralela encuentro abrigo y sosiego en esta suerte de burbuja calmante.
Y esto es todo, o quizá no, pero estas son las palabras que ahora mismo encuentro para aliviar esta necesidad de expresión que algunas personas, o todas, tenemos.
4 comentarios:
Hola, guapetona
hoy visitando tu otra ventanita del mundo virtual que me has mandado con tu texto, que por cierto me ha gustado bastante
me siento reconocida en tus palabras (las de aquí)... aunque creo que mi metamorfosis va más lenta, mucho más...
:)
seguiré visitándote también por aquí
saludos de liseth, por si quedaba duda alguna, jejeje
supongo que seran momentos...quizas sea un estado....pero lo que si se me ocurre es que cada momento sirve para sacar dudas del camino....y que mejor que usar tu talento para compartirlas con estos ciego que usan tus signos como espejos y se dan cuenta de que no son los unicos seres a los cuales le pasan las cosas que describis
salud y mas que suerte
Supongo que estas creciendo, al menos reconozco el sentimiento que describes con etapas de vida cambiantes.
De cualquier manera te deseo lo mejor.
Hola preciosa,
Esa sensación que describes, en mi vida, si sirve de ejemplo, me ha acompañado casi siempre. Por lo menos sí en los momentos de grandes cambios, que por suerte o por desgracia han sido muchos. Pienso que es como una cierta distancia que te das para verlo todo, una perspectiva, que hace que todo lo veas como desde arriba, con un cierto vértigo, la última vez que me pasó fué hace poco más de un año, y todavía sigo un poco ahí con esa sensacion de aprender a vivir en una vida en la que me falta un referente, para mí muy importante. De todas formas es una forma de aprendizaje, de madurez, es parte de la vida, de tu vida. Disfruta de este momento enriquecedor que estás viviendo, porque si ahora te parece que va deprisa no te digo nada de como va a partir de los 40! es como una montaña rusa, empieza a bajar y no se puede frenar hasta que acaba.
Te quiero mi niña, pero no madures tan deprisa que me hago vieja yo!
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