sábado, febrero 04, 2012

PEQUEÑOS GRANDES REGALITOS DEL DÍA

Pequeños grandes regalitos del día que hacen de esta experiencia algo irreemplazable. Jueves noche, llegando a mi casa y oficina en un pueblito del sur de Senegal, saludo a nuestro jardinero-guardián que está de turno de noche hoy. Qué tal, cómo va todo, pues bien, aquí estamos, Beherato, Hedrom, Kortanante?, Tanante, risas por mi mala pronunciación mandinga, recién estoy aprendiendo esta lengua, bueno y cómo va la cosa en Dakar, estamos preocupadxs, qué va a pasar con este país conocido por su trayectoria democrática, por su teranga, por su pueblo pacífico, uff, sí, qué pena, vamos a ver qué pasa y a ver si el viejo desiste. El viejo es el presidente, todo el mundo le llama así por su avanzada edad. Comentamos un poco los sucesos del día, como cada noche, y de un lugar al otro llegamos a nuestros lugares del origen, siéntate, me dice, que te voy a contar mi historia. ¿Cómo rechazar una oportunidad así?
Bosco nació en Bignona, jardinero de profesión, amante de las flores, los árboles, las plantas y todos sus secretos. Un día, ya casado y con hij@s, llegaron los rebeldes mientras trabajaba en su jardín junto a su amigo y compañero Mane. Vámonos al monte, hay que sumarse a la lucha, dijeron ellos. De ninguna manera dijo Bosco, si quieren levantar el país, llévense cada uno un árbol de los que acabo de plantar. Es así, sembrando, como se construyen las cosas. Ok, le dijeron los rebeldes, hoy te dejamos tranquilo, pero en unos días vendremos a buscarte para que te unas a nosotros. Bosco reflexionó con su amigo Mane y juntos decidieron partir hacia Gambia, dejando a sus familias. Más adelante subieron hasta Dakar y como no les gustaba la ciudad, finalmente encontraron un hueco en la Petite Cote, un poco más al sur siguiendo la costa, un maravilloso lugar de playas, plantas y mágicos atardeceres. Allí se hizo un hueco nuestro jardinero con sus sabias manos y poco a poco, construyó un hogar. Un año después, se acercó hasta Bignona por nuevos caminos al interior y viajó de regreso a su nuevo hogar con su mujer y sus hij@s.
Pasaron diez años, prósperos pero lejos de la tierra que lo vio nacer, y cada atardecer, justo antes de que el sol desapareciera en el horizonte, Bosco pensaba en su amada Casamance. Llegó el día, entonces, en el que finalmente regresó. Eligió o fue elegido por este pequeño pueblo al lado del río, lleno de pájaros que vuelan de norte a sur y sobre todo, repleto de árboles y flores que reclaman los atentos cuidados de nuestro jardinero, mago en las artes de la belleza de la tierra y maestro de los conocimientos que se esconden en cada semilla a la espera de germinar, experto en la lectura de sus mensajes al florecer.
Bosco lo compara todo con la naturaleza, sabe que la vida sigue sus ritmos. Me dice que Senegal es como un verde, robusto y bello árbol, de fuertes raíces, en el que se han invertido tierras fértiles, grandes cantidades de agua y constantes cuidados. Me dice que el viejo está cortando el árbol desde su base. Me dice que el odio es como una semilla que si plantamos y dejamos en nuestro interior germina el camino de la violencia y este camino sólo nos lleva a la destrucción. Bosco me dice que las cosas importantes de la vida te las enseñan las plantas, las flores, la tierra, los árboles, sólo hay que aprender a mirar, sólo hay que aprender a escuchar.
Estoy muy contento de haber tenido esta conversación, me dice antes de que entre en casa a dormir. Yo sí que estoy contenta, ABARKA Bosco por compartir conmigo tu historia. Abarka es como dicen aquí gracias, en mandinga.

viernes, febrero 03, 2012

TE DESEO - VICTOR HUGO

Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado/a.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que sí es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigxs,
y que, incluso malxs e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya unx en quien confiar sin dudar.

Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigxs.
Ni muchxs ni pocxs, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellxs,
haya por lo menos unx que sea justx,
para que no te sientas demasiadx segurx.

Te deseo además que seas útil,
más no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con lxs que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con lxs que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otrxs.

Te deseo que siendo joven
no madures demasiado de prisa,
y que ya madurx, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejx no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer y su dolor
y es necesario dejar
que fluyan entre nosotrxs.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea,
y la acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico.
Y que por lo menos una vez
por año pongas algo de ese dinero
frente a ti y digas: “Esto es mío”.
Sólo para que quede claro
quién es el/la dueño/a de quién.

Te deseo también que ninguno
de tus defectos muera, pero que si
muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.


Te deseo por fin que tengas una buena pareja
que te acompañe en la vida,
mañana y al día siguiente, y que cuando
esteis exhaustxs y sonrientes,
hableis sobre amor para recomenzar.


Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte.

(Gracias Rosa por el poema)