Medidas, tamaños...
Grande, pequeñ@, larg@, cort@, estrech@, fin@, anch@, grues@... Mucho, poco...
Nos pasamos la vida midiéndolo todo, y en base a esos referentes nos medimos a nosotr@s mism@s. Así, cuando estoy rodeada de gigantes me siento pequeña, cuando me rodeo de diminut@s me siento enorme. Pero no es esta una forma de medición justa, tampoco correcta, por mucha consolidación y base científica que tenga.
Yo digo: Mi mano es pequeña. Pero, ¿no es, acaso, esta frase, verdadera y falsa a la vez? Si mi mano no lucha y no crea, según mi escala de medir es pequeña. Si mi mano se enlaza con la tuya y une contigo la esperanza, es grande. Para otr@s personas a las que mi mano ha acariciado con cariño, no existe la medición en cms pero sí en escala de calor, o calidez, o ternura.
Cuando me quiero, me quieres, te quiero, os quiero, nos queremos, os quereis... camino por la vida pesando justo lo suficiente para no despegarme del suelo, grande, ágil y ligera como una nube, risueña, melodiosa y cálida. En cambio, cuando me pisas, cuando ya no me quiero, cuando me duele, cuando ya no quieres mi abrazo, cuando tengo miedo... peso más que una roca y soy tan pequeña que ya no puedes verme, me arrastro por el camino, las lágrimas ahogan mi voz y el frío congela mi paso.
Es tan relativo el tamaño de las cosas, que casi me parece una osadía descabellada medir a las personas; no puedo medirte, no quiero medirte. Sólo puedo sentirte, quiero percibir tu fuerza, tu calor, tu abrazo, la intensidad de tus palabras... Sin medida.
jueves, septiembre 21, 2006
sábado, septiembre 02, 2006
El Arte.
Hoy las palabras no son mías, son de rafael Barrett, en A partir de ahora el combate será libre. Este fragmento lo he descubierto hace un par de días, varias de cuyas horas he pasado dándole vueltas al asunto. Espero que os guste. Un abrazo.
“El arte futuro será una función colectiva; será a un tiempo representación y acción. Se desvanecerán los acentos particulares en la armonía total; pasaremos de los instrumentos aislados, llámense Virgilio o Victor Hugo, a la enorme sinfonía. La prensa, en su rudimentaria y grosera forma de hoy, nos anticipa edades venideras. El arte será algo innumerable, anónimo, y sin embargo más expresivo de una época que ningún talento considerado separadamente. Se fundará en la energía intuitiva, que es altruista, y no en el estilo, que es egoísta. Los creadores no se preocuparán de ser originales, sino de ser sinceros; no de firmar sus obras y encaramarlas en pedestales inaccesibles, sino de fundirlas en la obra común. Imitarán a las heroicas células que en el fondo de un cerebro forjan lo sublime, sin reclamar después un átomo de gloria”.
Hoy las palabras no son mías, son de rafael Barrett, en A partir de ahora el combate será libre. Este fragmento lo he descubierto hace un par de días, varias de cuyas horas he pasado dándole vueltas al asunto. Espero que os guste. Un abrazo.
“El arte futuro será una función colectiva; será a un tiempo representación y acción. Se desvanecerán los acentos particulares en la armonía total; pasaremos de los instrumentos aislados, llámense Virgilio o Victor Hugo, a la enorme sinfonía. La prensa, en su rudimentaria y grosera forma de hoy, nos anticipa edades venideras. El arte será algo innumerable, anónimo, y sin embargo más expresivo de una época que ningún talento considerado separadamente. Se fundará en la energía intuitiva, que es altruista, y no en el estilo, que es egoísta. Los creadores no se preocuparán de ser originales, sino de ser sinceros; no de firmar sus obras y encaramarlas en pedestales inaccesibles, sino de fundirlas en la obra común. Imitarán a las heroicas células que en el fondo de un cerebro forjan lo sublime, sin reclamar después un átomo de gloria”.
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